EL CLUB: EL PASO

En 2009 10 personas vinculadas a las artes escénicas creamos EL CLUB. El Paso es su primer proyecto. Una forma de trabajar juntos y separados. Una herramienta, una red. EL CLUB estaba formado por Amalia Fernández, Fernando Quesada, Laura Bañuelos, Tania Arias, Maral Kekejian, Cristina Blanco, Ismeni Espejel, Emilio Tomé, Bárbara Bañuelos y María Jerez.

El club surge gracias a una propuesta de Juan Domínguez -comisario del Festival in-presentable en La Casa Encendida de Madrid-. Diez personas vinculadas al festival y a las artes escénicas se juntan para formar un colectivo sin conocerse demasiado para compartir ideas, proyectos y cosas. Uno de los objetivos es investigar si es posible trabajar creando lazos con los otros artistas de El club, sin pretender en un primer momento obtener un resultado artístico común. La propuesta tiene que ver con romper en cierta medida con las “islas de creación” existentes en el panorama actual de las artes escénicas en Madrid. Ofrecer otras alternativas además de dicha creación aislada, que es la “natural”, la que se da por hecho en los últimos tiempos, la que abunda por necesidad.

El colectivo lo formamos diez personas, procedentes de varias disciplinas (arquitectura, historia del arte, danza, gestión, pedagogía, biología, artes escénicas y la creación artística), siendo las artes escénicas el elemento común que nos une, ya sea desde el lado de la creación, como intérpretes, investigadores, pensadores o desde la programación.

Tras muchas reuniones y algunas prácticas en formato pequeño, surge la idea de lanzar el proyecto El Paso para trabajar durante unos meses de manera independiente. Dicho proyecto permite colaborar a un grupo de personas que no se encuentran en la misma ciudad simultáneamente. Personas con calendarios de trabajo muy diferentes e inquietudes artísticas dispares. Sin un interés inicial de querer crear un resultado artístico común, encontramos la manera de estar en un mismo proyecto sin tener que ponernos de acuerdo más que en las reglas básicas de la propuesta, las reglas del proyecto El Paso.

El Paso es un proyecto, una herramienta de trabajo, que ofrece toda la libertad para crear a partir de los intereses de cada participante, sin tener que ponerse de acuerdo con el resto. El hecho de no estar físicamente todos juntos en la misma ciudad al mismo tiempo ha hecho que Internet con sus infinitas posibilidades de creación y comunicación sea una herramienta muy presente en las propuestas, tanto en los formatos escogidos para crear, así como en el paso de un proyecto de una persona a otra.

Cada miembro del club lanza un proyecto en el formato que quiera y se lo pasa a otra persona del club. Cada semana se pasa el proyecto -que tienes entre manos- transformado a otro miembro del club, teniendo en cuenta que nadie puede tocar cada proyecto más de una vez. Para este propósito, el que lanza el primer paso de un proyecto lo nombra, ese título se conserva durante todos los pasos de dicho proyecto.

En la última versión de El paso (2010) sólo participamos nueve de los diez miembros de El club. Así, los nueve sub-proyectos lanzados constan de nueve pasos cada uno y en total tenemos ochenta y un pasos. Los formatos varían enormemente, pudiendo encontrarnos obras en vídeo, texto, música, instalación de objetos, experiencias en vivo, una conversación por Skype, entre otros.

Del 24 al 27 de junio del 2010 se hizo una presentación del proyecto El paso en La Casa Encendida de Madrid, dentro de la programación del Festival In-presentable. Cada día la presentación adquirió un formato diferente y pudimos ver proyecciones de vídeos, asistir a un cocktail donde se hablaba de cómo funciona la herramienta del El paso, un concurso con premios en metálico, instalaciones, “after talks” performativos, situaciones generadas, una entrevista a una artista, actuaciones en vivo, presentaciones en plataformas digitales o una conversación entre los miembros de El club; y a lo largo de las cuatro sesiones se mostraron fragmentos de los proyectos que habían sido creados durante este año.

El club decide así hacer una mezcla entre exposición, juego con el público, conversaciones y debate, y visionados de las obras, para permitir que cada día el espectador reciba un aspecto, al menos, de las posibilidades infinitas de El paso.

Aquí algunos de mis trabajos en este proyecto de El Paso: